5211

Publicado el 2 octubre, 2019

Diseñador: Tsuyoshi Hashiguchi / Artista: Chris Quilliams / 
2-5 jugadores / 20-30 min. / +8 años / Editorial: Asmodee

5211 (pronunciado «cinco-dos-uno-uno») es un juego de cartas rápido y sencillo que pondrá a prueba nuestra habilidad de predecir la táctica de los demás jugadores.

El juego se explica tan rápido que su nombre es resumen de las reglas:

Hay cartas numeradas del 1 al 6 en 5 colores diferentes. Cada jugador robará una mano de CINCO cartas, de las que en cada ronda jugará DOS en el primer turno, UNA en el segundo turno y UNA más en el último turno. Cada turno, todos los jugadores juegan y revelan las cartas a la vez, por lo que podrás ver la jugada de los demás jugadores antes de jugar tu siguiente carta. Además, después de cada turno todos los jugadores rellenan sus manos a cinco cartas.

¿Qué me hará jugar unas cartas u otras? Al final de cada ronda (cuando todos los jugadores tienen sus cuatro cartas jugadas delante de sí), se procederá a la puntuación. ¡Y ahora se verá si has jugado de manera astuta!

Todas las cartas del color predominante (con la mayor suma de valores entre todas las cartas jugadas) se puntuarán y podrás apartarlas a tu pila de puntos. Sin embargo, habrá un límite que no se puede sobrepasar. Si un color lo sobrepasa, puntuará el siguiente, etc. ¡Además, dos colores que tengan exactamente el mismo valor se neutralizarán también!

El final de una ronda en una partida a tres jugadores.

¡Y hay una regla especial! Antes de comprobar el color que tiene la mayoría, hay que contar los lagartos (unos) presentes. Con cada número de jugadores habrá un número de lagartos que, si se acierta justo (por ejemplo, 6 lagartos con 4 jugadores), impedirá que se puntúe ningún color esa ronda: ¡y puntuarán los lagartos!

Los jugadores jugarán rondas consecutivas hasta que el mazo de robo se acabe, contarán los puntos en sus pilas de cartas puntuadas… y ganará quien tenga más puntos acumulados.


5211 es una reedición con una estética nueva de un juego anterior («5 Colors»), pero su mecánica de «push-your-luck» (=»a ver cuánto te atreves») se siente fresca porque está implementada de manera curiosa: depende de lo que vayan a hacer los demás. Podría decirse que 5211 es una especie de push-your-luck compartido. Si todos los jugadores van a por el mismo número dominante, es muy probable que éste alcance el número máximo y «rompa», haciendo lugar al siguiente número más común.

Es importante poder ver esas oportunidades y hacerse con los huecos adecuados para sacar algunos puntos. ¡Normalmente, en este juego los jugadores no se hacen con un número elevado de puntos!

¡Las cartas de lagarto pueden dar la vuelta a una ronda y hacer que ningún color puntúe!

La autoría japonesa en este juego es evidente, ya que es un juego sencillo pero no simple. Puede recordar a otros títulos japoneses como Love Letter, aunque 5211 es más abstracto.
Y con ello quiero comentar lo que a mi parecer es la desventaja de este juego: su falta de tema. No tengo ningún problema con los juegos abstractos o casi-abstractos, y la editorial de este juego (Next Move Games) suele publicar juegos que caen en esta categoría, pero creo que 5211 se hubiera beneficiado mucho en su reedición si no solo hubiera sido una mejora estética y de diseño, sino si también hubieran implementado algún tema dinámico o divertido. Por ejemplo, podrían haber sido cinco tribus de animales (y yo que sé, que cuando sobrepasaran el número fuera que su dios se enoja y los castiga, pero la tribu más poderosa gana la ronda). No es lo mismo decir «¡está ganando la tribu de los mapaches, no juguéis más!» que anunciarlo con colores.

El diseño de 5211 es precioso, las cartas son grandes y quedan muy bien en mesa.

Supongo que la sencillez de las mecánicas del juego ayudó a tomar la decisión de darle también una estética neutral. Que el juego sea abstracto a mí me hace pensar que demanda implicación y concentración (quizá más que diversión), y habrá gente a la que le guste justo eso.

Una vez entendidas las dinámicas del juego y haber jugado una ronda o dos, el juego tiene buen dinamismo, algunas decisiones divertidas (puedes ir a «romperle el color» a otro jugador) y algunos momentos sorprendentes en los que por ejemplo un color puede derrotar a otro inesperadamente o los lagartos puntúen.

Las veces que lo he jugado ha funcionado y ha entretenido a todos los jugadores, así que lo recomiendo a aquellas personas que disfruten con un pequeño filler con decisiones astutas.

Jens [Goblin ludoadicto]

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