Conociendo Ginkgopolis

Publicado el 23 febrero, 2021

1-5 jugadores / 45 minutos / +10 años / Xavier Georges /SD Games

Año 2212. Los recursos de la tierra se han agotado y nuestra misión es sobrevivir, a ello debemos sumarle que el espacio habitable es muy reducido, por lo que se nos plantea una importante pregunta: ¿Cómo vamos a hacerlo?

En Ginkgopolis nos ponemos en el papel de expertos arquitectos que deben mantener un equilibrio entre lo que producimos y lo que consumimos, para ello nos encargaremos de la construcción de la ciudad, con la finalidad de salvar a la humanidad de su extinción.

Nuestro objetivo es ser nombrado el mejor arquitecto y para ello este juego de SD Games nos presenta una mecánica principal de mayorías, colocación de losetas, draft de cartas y gestión de recursos. Ginkgopolis es un juego abstracto, en el que pueden jugar hasta cinco jugadores y donde la interacción, a cuantos más participantes, está servida.

Ginko Biloba

El árbol más antiguo y fuerte del mundo, Ginko Biloba, es ahora el símbolo de nuestra forma de construir, donde erigiremos ciudades fusionadas con la naturaleza. Para poder llevar a cabo nuestra tarea deberemos gestionar los recursos que tenemos a nuestro alcance:

  • Cartas de edificio, asociadas a una loseta.
  • Losetas de edificio, se colocan en el tablero o unas sobre otras.
  • Recursos, representados por cilindros, cada jugador tiene los suyos e identifican al propietario de cada edificio.
  • Cartas de urbanización, cada una con una letra del abecedario, de la A a la L, asociadas a los marcadores de letra.
  • Cartas de personaje, cada jugador tiene tres y otorgan recursos al principio del juego y cada vez que activamos una de las acciones disponibles.
Cartas de edificio y de urbanización

Comenzamos la partida con una distribución central de nueve losetas, tres de cada color, que van del 1 al 3. A continuación, colocamos aleatoriamente y bocabajo las losetas de edificio restantes, van del 1 al 20 en cada color. Después, formamos el mazo de robo, en el que incluimos las cartas de urbanización (que van de la A a la L) y las cartas de edificio, pero solo de aquellas cuyas losetas estén en la mesa (en este caso, del 1 al 3 de cada color).

A 2 o a 3 jugadores descartamos de ese mazo barajado las 7 primeras cartas. Tras ello, repartimos cuatro cartas a cada jugador.

Y, antes de comenzar, cada jugador obtiene tres cartas de personaje, que le otorgan recursos con los que comenzar la partida y beneficios cuando realicemos acciones.

Preparación inicial del tablero

Una vez está todo preparando da comienzo la ronda, que está formada por tres pasos:

  • Elegir una carta
  • Ejecutar la acción
  • Preparar la siguiente ronda.

Cada jugador tiene cuatro cartas en la mano, de las que debe escoger una y dejarla bocabajo delante de él, una vez todos han escogido pasamos a la fase de ejecutar acción, empezando por el jugador inicial.

Antes de escoger carta, si se desea, podemos usar uno de los dos marcadores de Nueva Mano que tiene cada jugador en su posesión, estos marcadores permiten al jugador descartar sus cuatro cartas y robar cuatro nuevas.

Una vez escogida la carta continuamos con normalidad. Podemos realizar una de las tres acciones disponibles que hay:

  • Explotar una carta: es la primera y nos permite obtener recursos, para ello podemos jugar una carta de edificio o una carta de urbanización. Las cartas de edificio nos otorgan el recurso que tengan asociado a ella (amarillo PV, azul losetas y rojo recursos cilíndricos) y las cartas de urbanización nos dan o un recurso o una loseta.
    Atención: las cartas de edificio nos darán uno más recursos dependiendo del nivel al que se encuentren, si por ejemplo activamos una carta cuya loseta esté en segundo nivel, obtendremos 2 recursos.
    Una vez jugada la carta, la colocamos en la pila de descarte.
  • Urbanizar: esta acción debe ejecutarse junto a una loseta y para ello deberemos jugar una carta de urbanización (de la letra A a la L). Buscamos el marcador redondo en la mesa y lo desplazamos a un espacio vacío, ortogonalmente adyacente a la loseta que vamos a colocar. Nuestra loseta está ahora adyacente a una o más losetas, por lo que se activan las losetas que estemos tocando y nos otorgan su recurso.
    Sobre la loseta que acabamos de colocar deberemos poner un recurso cilíndrico, que indica que ese edificio es nuestro y, además, también colocaremos un toquen de grúa.
    La carta de urbanización se descarta.
  • Construir un nivel: Esta acción también debe usarse junto con una loseta y para poder activarla debemos jugar una carta de edificio. A diferencia de la acción anterior, vamos a construir encima de otra loseta, en este caso encima de la loseta cuya carta estamos usando.
    Si la loseta sobre la que vamos a construir tiene recursos de otro jugador encima, se los devolveremos y él obtendrá tantos PV como recursos recupere (si eres tú el propietario del edificio no recibes nada).
    Colocamos la loseta y sobre ella pondremos tantos recursos cilíndricos como altura estemos construyendo, así como una grúa.
    Además, si el número de nuestra loseta es menor al que tapamos, deberemos pagar un recurso extra. Y, si el color de la loseta que jugamos es distinto al color de la loseta que vamos a tapar, también deberemos pagar un recurso extra.
    En este caso, la carta que hemos usado no se descarta, sino que pasa a nuestra colección, junto a las cartas de personaje, ya que se activarán conforme realicemos acciones.

A continuación, preparamos la siguiente ronda, por lo que pasamos nuestras cartas no utilizadas (las tres que nos sobran) al jugador de nuestra derecha, cambia el jugador inicial y empezando por él robamos una carta del mazo para volver a tener cuatro en la mano.

Tablero desarrollado

A lo largo de la partida ocurrirá que se nos agotará el mazo en varias ocasiones, cuando esto suceda formaremos uno nuevo con las cartas que hay en el descarte y las nuevas que añadimos, pero, ¿Qué cartas añadimos? Muy sencillo: añadiremos cartas de edificio, las de aquellos que hayan entrado en juego durante estas últimas rondas y sabremos cómo distinguirlos porque son aquellas losetas que tienen una grúa encima de ellas. Buscamos las nuevas cartas de edificio, las añadimos al mazo, barajamos y retiramos las grúas de las losetas.

Los personajes

A lo largo de la reseña hemos comentado que tanto las cartas de personaje como las de edificio se activan y nos dan beneficios cuando realizamos las distintas acciones. Tenemos dos tipos de cartas:

  • Bonificación permanente: son todas las cartas de personaje y las cartas de edificio del 1 al 9, nos otorgan recursos cada vez que usamos una acción: explotar, urbanizar y construir. Y nos pueden dar puntos de victoria, losetas o recursos cilíndricos.
  • Bonificación al final de la partida: son aquellas cartas de edificio que van del 10 al 20. Estas solo se activan al final de la partida y nos otorgan PV si cumplimos la condición que nos piden, como, por ejemplo, puede ser: 1 PV por cada loseta en la que tengamos 1 o 2 cilindros.
Cartas de personaje. La amarilla nos otorga 1PV cada vez que construimos un nivel y la roja nos otorga un cilindro cada vez que urbanizamos.

El juego, además, incluye unos paneles en los que pondremos todos nuestros recursos (losetas, PV y cilindros) para que no estén a la vista del resto de jugadores, pero las cartas de personaje y de edificio que vayamos consiguiendo sí estarán a la vista de todos.

Y con esto llegamos al final de la partida, que se puede desencadenar de varias formas distintas:

  • Cuando un jugador haya colocado todos sus cilindros.
  • Cuando la reserva de losetas se agote por primera vez cada jugador puede añadir tantas losetas como quiera de su reserva personal, obtendrá tantos PV como losetas haya añadido, si se añaden losetas la partida continua de forma normal hasta que se agoten por segunda vez.
  • Si ningún jugador añade losetas o éstas se agotan por segunda vez se desencadena el final de partida, por lo que pasaremos al recuento final de puntos

Recuento final

Tras finalizar la partida por alguno de los desencadenantes nombrados anteriormente continuaremos con el recuento de puntos para conocer ¿Quién es el vencedor?

  • Sumaremos los PV que tenemos detrás de nuestra pantalla, que hemos ido consiguiendo a lo largo de la partida.
  • Obtendremos PV por las cartas de bonificación al final de la partida.
  • Obtendremos 2PV puntos por cada marcador de mano no gastado.
  • Y nos otorgará PV la presencia de cada jugador en cada distrito (azul, amarillo y rojo), se considera que se ha formado un distrito si tiene al menos 2 edificios del mismo color adyacentes.
Pantalla con todos nuestros recursos

Opinión Personal

Empezamos directos diciendo que Ginkgopolis no es un juego excesivamente fácil de asimilar, aunque sus normas son muy sencillas, la simbología y los conceptos del juego requieren de más de una partida para poder comprenderlo al completo y, sobre todo, sacarle el máximo partido.

Como decía, sus normas no suponen ningún desafío, ya que en nuestro turno deberemos robar carta, ejecutarla y pasarle el resto al siguiente jugador. Cuando ejecutamos la carta solo tenemos tres acciones disponibles para escoger y muchas veces se nos presenta la duda de cuál es la más óptima: podemos decantarnos por descartar una carta para coger recursos, construir o urbanizar, pero en otros casos incluso nos plantearemos descartar ciertas cartas para que nuestros contrincantes no construyan sobre ellas, ¿por qué? Muy sencillo, si tenemos en propiedad un edificio de segundo o tercer nivel, nuestros contrincantes pueden optar por arrebatárnoslo, sí, recuperaremos nuestros cilindros y ganaremos PV, pero a lo mejor estamos perdiendo la mayoría de un distrito.

Las decisiones en Ginkgopolis no siempre son fáciles, sobre todo porque el equilibrio entre losetas y cilindros es difícil de llevar: puede darse el caso de que tenemos muchas losetas pero muy pocos recursos, por lo que no seremos capaces de construir ni urbanizar y al contrario, que hemos obtenido pocas losetas y, ¡encima no son del color que nos interesa!
Mantener el equilibrio en este sentido no es del todo fácil.

Para ello tenemos de nuestro lado las cartas de personaje o de edificio que nos otorgan recursos cuando las activamos, por lo que deberemos buscar aquí también un equilibrio entre las cartas que nos quedamos, ya que un exceso de cartas que nos otorguen PV puede ralentizar nuestra partida.

Y no solo con gestionar nuestros propios recursos debemos estar atentos, sino con los distritos: como comentaba, ganaremos PV según nuestra presencia en ellos, por lo que entra en juego esta mecánica de mayorías, que ya os aseguro que funciona fenomenal a dos y tres jugadores. Y no es fácil controlarlo todo, en cualquier momento alguien puede construir una loseta de otro color encima de nuestro distrito separándolo y haciéndonos perder esa mayoría que ya teníamos casi asegurada. Algo está claro: Ginkgopolis es muy completo.

Pero todas estas mecánicas encajan perfectamente unas con otras, no hay nada que chirríe en el juego y su aspecto visual, sencillo, pero con unas imágenes preciosas, solo refuerzan las sensaciones tan buenas que deja el juego.

Si habéis llegado hasta aquí ya os habréis dado cuenta de que este título ha gustado mucho en casa, se adapta perfectamente a dos jugadores y aunque no tiene objetivos variables como otros juegos, no los necesita para que se preste a ser rejugable, pero recordad que las sensaciones cambian: Ginkgopolis necesita de más de una partida para comprenderlo
en su totalidad.

Raquel [Ludoadicta de la Costa]

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