El color rojo

Publicado el 8 diciembre, 2022

Seguimos con nuestros artículos monográficos dedicados a colores complementarios al círculo cromático o teoría del color. En este segundo artículo hablaremos de otro color primario, el rojo, de cómo trabajar con él, cómo exprimirlo y cómo sacarle el mayor rendimiento a este color en nuestras paletas.

El rojo es un color primario, de temperatura cálida por excelencia y muy potente, indiscutible, en el sentido que podríamos decir que es como el Dios de Tzeentch, que cambia todo lo que toca. En la escuela o talleres de arte no podemos hablar de Warhammer, ni de los Dioses del Caos, ni cosas tan interesantes para nosotros, porque nos suspenderían o nos tomarían por locos, por lo que diríamos que el rojo, su particularidad principal es que entona cromáticamente todo lo que se mezcle con él, de una manera muy intensa, dotando a los colores de unos matices muy interesantes.

Marines rojos

Esta potencia siempre es usada en marketing o en diseño para reforzar algo, darle intensidad o resaltar algo que sea importante. ¿Quién no subraya los apuntes con un boli rojo? O en una mesa de juego, ¿qué capítulo de los Marines espaciales es el más famoso y más visible en el tablero de juego? ¡Los Ángeles Sangrientos, sí, señor! Así podríamos dar muchos ejemplos de la amplitud de fuerza que transmite este color, pero los que pintamos figuras todo este rollo no nos importa, queremos saber cómo trabajar el rojo, así que vamos a ello.

Cómo aclarar el rojo

Como pasaba con el amarillo, aclarar el rojo no es fácil y menos iluminarlo, ya que si usamos blanco para iluminar creamos un color rosado, por lo que, el blanco o colores similares al blanco deben descartarse de primeras. Obtendríamos un color que se aleja demasiado de lo que entendemos por rojo, que es el rosa, y no tiene nada que ver con ello.

Añadir amarillo tampoco nos ayudará a aclarar el rojo, ya que obtendremos un color secundario, el naranja, por lo que no seguimos la estela del rojo, sino que nos vamos a otro color, el naranja. No decimos que no lo uséis, solo explicamos lo que pasa al mezclar estos colores y cuál es la opción académica más correcta, pero si queréis tonos rojizos anaranjados, adelante, nosotros también lo hacemos.

Otra opción interesante es hacer unas pequeñas trampas y usar lo que denominamos un color carne, que este compuesto por blanco, amarillo y rojo. En el parágrafo anterior os decíamos que no usarais blanco ni amarillo, pero ahora con el color carne, que si los lleva ¿sí? Pues sí, porque, ¿recordáis aquello de Tzeentch, entona, cambia todo lo que toca y demás? Pues aquí tenéis la muestra.

El color carne, o un tono cárnico, puede ser muy útil para aclarar e iluminar a la vez el color rojo de una manera comedida y controlada, obteniendo unas luces que se mantengan en el rango del rojo sin irse hacia otro color.

Cómo oscurecer el rojo

Si iluminar el rojo no era sencillo, oscurecer el rojo es la cosa más fácil que podemos hacer, ya que casi todos los colores pueden llegar a oscurecerlo de mejor o peor forma, pero vamos a empezar por el principio. Por su color complementario.

El color complementario del rojo es el verde y eso es un problema relativo, ya que, de verde hay muchos verdes, porque el tono de verde dependerá de los dos colores principales que lo hayan creado, que son el amarillo y el azul. Un verde con mucho amarillo, desaturará poco al rojo, pero un verde oscurito, con bastante azul, conseguirá una desaturación muy rápida, progresiva y natural del rojo.

Otra opción es el violeta o el purpura que se compone de azul y rojo, en esta ocasión el azul oscurecerá y el rojo entonará, por lo que obtendremos una desaturación fría y bastante profunda.

Un color práctico para desaturar oscureciendo el rojo es el marrón. El único problema que nos puede surgir con el marrón es que no obtengamos un tono muy oscuro de rojo, por lo que tendremos que añadirle a la mezcla negro, para obtener un tono más oscuro de rojo para sombras más profundas, ya que el marrón, o el tono de marrón que usemos, limitará la gradación de la desaturación del rojo hasta el tono de marrón empleado, por lo que el uso de otro color para seguir oscureciendo el rojo es más que seguro.

La última opción siempre será el negro. Ya sabemos que el negro se lo come todo, le quita todo el cromatismo a todo lo que toca, y el rojo no es una excepción. Pero sí que es verdad que el rojo acepta bien el uso moderado del negro, por lo que en este caso no podemos descartar categóricamente el uso del negro como color para oscurecerlo.

Sí que es verdad, y aunque sea la última opción que os damos, es que si el rojo que tenemos entre manos es un bermellón (rojo anaranjado, claro e intenso) la mejor elección para oscurecerlo sería otro rojo antes que el negro, que lo ensuciaría y le daría una tonalidad grisácea.

Hasta aquí la teoría sobre como iluminar/oscurecer el rojo, pero con este color aún tenemos mucho más que contaros.

A la hora de pintar siempre consideraremos el rojo como un color cálido, como el color cálido por excelencia, pero como todo, Tzeentch aparte de cálido, también puede variar y ser frío. Cuando se trata de temperar el rojo podemos echar mano a un color que no es muy utilizado, que es el Magenta.

Primordialmente por tonalidades y pureza, deberíamos considerar como color primario el magenta y el rojo/anaranjado sería un color secundario al mezclar magenta y amarillo, de ahí que, si añadimos magenta a un rojo, lo que hacemos es darle una intensidad que ningún otro color le puede dar.

Como nos gusta ilustrar lo que predicamos, en los siguientes ejemplos podemos ver claramente el sutil uso e imperceptible del magenta sobre una armadura. En la figura del conde Vampiro, la transmisión cromática es de un rojo frío, intenso, potente, pero de aspecto limpio y reluciente, aunque también hace mucho la pintura. En cambio, el uso de un rojo claro, intenso, cálido y primario para unas telas, da a entender la elasticidad de una tela, en contra de la rigidez de una armadura, que se representa como un material duro y frio.

En definitiva, el rojo es un color muy agradecido y relativamente muy sencillo de usar. Un truco final que os cuento. En el caso de que hayáis hecho unas luces y el resultado sea un tono demasiado amarillento o rosado, fuera del rango del rojo, es muy fácil retomar el color rojo con un sencillo filtro de rojo puro. De esta manera el rojo hará su trabajo primordial, que es entonar fácilmente, a la misma manera que conservareis las luces erróneas por la transparencia del filtro, pero corregidas.

Hasta la próxima donde abordaremos otro color, azultamos apuestas de cual será….

—  Carlos [GuyBrush]

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