El fin de una saga: Blood Rage, Rising Sun y Ankh
Publicado el 17 febrero, 2022

Chicos, venid, ¿habéis leído este libro? Seres mitológicos y grandes catástrofes… esto de los seres divinos da para pensar… ¿Al final somos algo más que simples motas de polvo en un universo infinito… gobernado y a merced de Dioses caprichosos a los que les gusta vernos resistir?
Bueno, dejemos las preguntas existenciales para otro día, entiendo que estamos aquí para divertirnos y si hablamos de dioses, creo que tenemos que visitar el mundo de Eric Lang y su trilogía mitológica.
Estos tres juegos que os comentamos no son otros que Blood Rage, Rising Sun y Ankh. Creaciones del archiconocido diseñador Eric M. Lang y publicados por CMON, donde se nos presenta siempre con un conflicto entre distintas facciones, con una influencia cada vez más creciente de los dioses y con mecánicas dispares, suficientemente definitorias para justificar el tener estos tres títulos en nuestra ludoteca (desde luego que están en mi cueva).
Sin más dilación, vayamos en orden cronológico de publicación (que no histórico):
Blood Rage

¿Quién no ha fantaseado con luchar y dirigir una tribu de aguerridos vikingos? Pues, en Blood Rage vamos a poder hacer justo eso. Saquear, luchar y tener una muerte digna que nos deje llegar al valhalla y festejar con los dioses (y los otros guerreros caídos).
En esta primera entrega, el juego nos propone tomar el control de clanes vikingos similares en cuanto a atributos, toda la configuración inicial es idéntica y las tropas de las que disponemos son iguales… Sin embargo a medida que vaya progresando la partida, cada uno de los clanes se irá especializando gracias a un sistema de draft de cartas.
Es aquí donde está la verdadera estrategia del juego y es que dependiendo de las cartas de las que dispongamos jugaremos de una forma u otra. Puede que queramos combatir más y saquear las aldeas, puede que optemos por completar más misiones o puede que simplemente queramos morir gracias al ragnarok ganando puntos de victoria e inmolando nuestros guerreros en el proceso (sí, eso es una estrategia).
Al final de cada era, la isla por la que luchamos se hace cada vez más pequeña, ya que a medida que se acaba el juego, un meteorito arrasa un territorio, haciendo cada vez más escasos los recursos y las oportunidad para batallar y obtener una muerte digna de los dioses.
La rabia será nuestro recurso principal, una vez se nos acabe se terminará nuestro turno y la posibilidad de seguir haciendo acciones durante esa edad. También, dado que los vikingos son guerreros muy enfadados, quien decida pasar, reducirá la rabia a 0 y forzará el final del turno de ese jugador…Como veis, o batallas o te quedas a recibir el fin del mundo mirando, no hay término medio.
Por último, y esto es uno de los elementos más característicos de estos juegos, Blood Rage trae un sinfín de monstruos mitológicos que podremos reclutar y usar para batallar por nuestro clan. Cabe mencionar que las miniaturas para estos monstruos son INCREÍBLES y que, más de uno, simplemente se hará con alguna de estas bestias, simplemente para disfrutar desplegandolas sobre el campo de batalla (aunque eso haga perder la partida).
En definitiva, Blood Rage es un juego que gira en torno a un draft de cartas, que define muy bien la estrategia que vas a poder seguir, después es más un juego de colocación de trabajadores (muy enfadados) que disputan una serie de territorios para acumular recursos y completar objetivos. Las batallas se resuelven con una regla de mayorías que puede verse afectada por distintas cartas con modificadores al combate.
Rising Sun

Desde el imperio del sol naciente nos llega la segunda entrega de esta saga, inspirado en la mitología japonesa, Rising Sun bebe directamente de su predecesor modificando ciertas mecánicas y proponiéndonos un sistema de juego un tanto distinto.
En primer lugar, los distintos clanes son un poco más asimétricos, en el sentido de que cada uno de ellos trae una habilidad única ligada a ese clan y que los recursos iniciales varían. Además de que aquí el ser más o menos honorable influye mucho en el desenlace de ciertas acciones.
Los clanes, además de habilidades únicas, disponen de sacerdotes, que bien pueden usarse como guerreros o se pueden desplegar en los altares de los distintos dioses ganando unas recompensas si se tiene mayor influencia en dicho templo. Algunas de estas recompensas incluyen mover tropas fuera de turno, más dinero o incluso obtener a los siempre disruptores ronin.
Otra novedad de este juego es la selección de acciones, mientras que en Blood Rage dependíamos de la rabia para poder llevar a cabo nuestro turno, aquí dependemos de los mandatos que eligen los jugadores. Cuando llega el turno del jugador, este elige un mandato de entre 4 disponibles para su turno y todos los jugadores llevan a cabo esa acción, la única diferencia es que el jugador (y su aliado) que la elige tiene una ventaja o un efecto más positivo a la hora de ejecutar dicha acción. Esto a su vez lleva a una estrategia donde se pueden elegir acciones para evitar que otros contrincantes la lleven a cabo, aunque no sea lo más beneficioso para uno mismo, no muy honorable pero efectivo.

¿Aliados has dicho? Pues sí, y es que Rising Sun desarrolla una mecánica en la cual, al inicio de una era, los jugadores pueden aliarse entre sí, bien para evitar conflictos o para beneficiarse de las acciones mejoradas de sus aliados. Esta fase lleva un poco al diálogo y el comercio con ciertos recursos, aunque también da lugar a la traición y la ruptura de relaciones de amistad (creedme lo he visto).
Las cartas en este juego no son un componente tan activo, ya que el mercado es abierto y aunque el funcionamiento es similar, en el sentido de que mejoran nuestro clan y dan puntos de victoria, lo que de verdad define un poco la estrategia es nuestra posición de honor y el oro.
El oro es un recurso muy polivalente ya que nos dejará comprar cartas, pero también lo vamos a apostar durante los combates para poder hacer ciertas acciones. La lucha es de nuevo una resolución por mayorías aunque la acción de desplegar ronin será el elemento sorpresa para deshacer empates y sorprender a nuestros enemigos.
El mapa en sí es menos restrictivo que en Blood Rage, pero Rising Sun tiene la particularidad de que tiene menos batallas y no siempre se luchará en todos los territorios, haciendo que el posicionamiento de tropas durante las fases anteriores sea clave para poder entrar en conflicto con nuestros enemigos.
Por último, y por sacar similitudes, los monstruos vuelven a ser un elemento muy espectacular en el tablero, aunque suelen tener menos importancia en los combates y más usabilidad durante la partida.
Ankh: Dioses de Egipto

Como toda buena historia, la de hoy tiene que llegar a su fin, para ello viajamos a las lejanas tierras del Nilo, en una época donde los dioses luchan por sobrevivir y seguir siendo relevantes. Por ello es imperativo que cada dios reclame el mayor número de devotos para aumentar su poder y alzarse como único dios.
Ankh culmina esta trilogía mitológica y nos propone un sistema de juego que, conociendo los anteriores, nos resultará familiar.
Este juego es uno de estrategia realmente asimétrico, ya que en esta ocasión encarnamos a un dios del antiguo Egipto, con sus diversas habilidades y su estrategia para influir en las gentes de los valles del Nilo.
Aquí nuestro principal recurso serán los devotos, aquellos hombres y mujeres que nos rinden pleitesía a través del rezo y que usaremos para ganar más poder y nuevas habilidades. A medida que vayamos desbloqueando más y más poderes tendremos a nuestra disposición a los guardianes, poderosas criaturas que nos ayudarán en nuestra conquista y nuestro alzamiento como dios supremo del Nilo.
Donde más destaca o se diferencia este Ankh de sus hermanos es en el orden de selección de acciones. En una etapa, cada jugador podrá ejecutar hasta dos acciones su turno, nunca pudiendo elegir la misma acción dos veces y estando restringido a qué acción se activó previamente.
Otro rasgo importante de las acciones, es que cuando se llega al final del track de una acción, esta acción hace que se desate un evento, dicho evento tiene un efecto directo en el tablero y hace que o bien se tome el control de ciertos monumentos, se modifique el tablero usando caravanas de camellos o se empiece una batalla en algún territorio.
Estos eventos reflejan el paso del tiempo y a medida que se van tomando acciones, los eventos se van disparando, haciendo que los distintos jugadores tomen puntos de victoria.

Los combates se resuelven con mayorías una vez más, pero aunque usan cartas, cada dios tiene una mano de cartas idéntica, por lo que en todo momento todos los jugadores saben cuales de ellas se tienen en la mano a la hora de combatir, haciendo que el combate sea más bien una partida de poker con mucha apuesta y engaño, sobretodo si vamos a estar involucrados en varios combates.
Y por último, llegando al final del juego, en un último intento de alzamiento divino, los dioses con menos devoción aunarán sus fuerzas y formarán un único dios, combinando sus poderes y luchando por alzarse victoriosos, como una sola entidad. Dando una victoria, en caso de que ganen, a dos jugadores simultáneamente.
Aunque se camuflen como juegos de batallas y de guerra, esta trilogía se podría definir más como juegos de colocación de trabajadores con gestión de mayorías.
Se caracterizan por tener una mecánicas esenciales muy fáciles de explicar pero que a la vez, combinándolos entre sí crean una experiencia estratégica compleja y muy interesante, fáciles de aprender, difíciles de dominar.
Como nos tiene acostumbrados CMON, la producción es sublime y para los amantes de las miniaturas estos juegos son como entrar a un mundo de fantasía. Muchísimo detalle, mucha individualización de los distintos clanes, vamos, una delicia. Además, Ankh tiene una expansión en pre pedido ahora mismo.
Por último cabe recalcar, que aunque puedan parecer similares, la experiencia de juego es totalmente distinta, de hecho hay muchos fans de las distintas entregas, así que dependiendo de tu preferencia mitológica puedes hacerte con uno o para una experiencia divina completa hazte con todos.
Bueno hasta aquí nuestro chapuzón por esta saga de juegos, espero que os haya gustado y nos vemos pronto en La Seta y no paréis de rezar a vuestro dios de confianza.
—Zeta [Suministrador de Fanáticos]
Etiquetas: Ankh, Ankh: Dioses de Egipto, Asmodee, Blood Rage, CMON, Juegos de Mesa, Rising Sun
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