Guía de pintura para torpes
Publicado el 29 noviembre, 2021

No sé vosotros, pero yo trato de evitar esos artículos sobre pintura que tanto abundan por la red. Hablo, claro, de esos en los que los pintores, grandísimos artistas del pincel, nos deslumbran con su inmensa habilidad y hacen que parezca fácil lo difícil. Y claro, luego llegas tú, que, seamos sinceros, te va justo para poner cada color más o menos en su sitio, no hablemos ya de hacer degradados y cosas así, y te encuentras con que fácil, lo que se dice fácil, no es. Y es que, amigos, hay abundancia de artículos, vídeos y tutoriales de pintura para pros, pero ¿qué pasa con los que pintamos como si usásemos los pies? (Iba a decir con muñones, pero ahí tenemos al manco de los hermanos Perry, así que…). ¡Nosotros, los torpes del pincel, también tenemos derecho a que se nos tenga en cuenta! ¡Claro que sí! Para todos vosotros, hoy hablaremos de pintura para torpes.
¡Quítate los complejos y agarra ese viejo pincel sin pelos que usas para ensuciar tus miniaturas!
Primer paso: prepara la miniatura
A ver, torpes míos. Una cosa es tener mala mano pintando, que en eso os entiendo, y otra muy diferente es empezar ya con desventaja a causa de un mal preparado de la miniatura a martirizar con nuestro pincel. Hay algunas pautas básicas que ayudarán a mejorar su aspecto: limar las líneas de molde, por ejemplo, o pegarla bien pegada, de forma que las piezas estén en su sitio y no nos encontremos posturas raras o piezas que no conectan bien. Además, es recomendable lavar con jabón las miniaturas, pues algunas contienen restos que pueden dificultar el correcto agarrado de la pintura. Todo esto no nos llevará mucho tiempo, y ayudará a que el resultado sea un poquito mejor.
Segundo paso: imprimación
Un par de cositas, chicos: Lo primero, que la capa de imprimación no se aplica como si fuese yeso. Una capa finita es más que suficiente, y no tapa los detalles de la miniatura.
Lo segundo, que hay vida más allá del negro y del blanco. ¡No uséis siempre el mismo color para imprimar! Dependiendo de qué vayas a pintar puede ser más adecuado usar un gris, o un marrón, o un verde, o cualquier otro color como base. ¡Si ves que la miniatura va a tener un color predominante, usa un tono de ese color como imprimación! En caso contrario es mejor usar gris, pues es más neutro que blanco o negro, pero estos pueden servir cuando quieras un resultado más luminoso o más apagado, respectivamente.
Tercer paso: color base
No vamos a pedirle peras al olmo, porque, si estás leyendo con interés este artículo, es que ya se te hace bola algo tan básico como poner los colores base. Así que no pediremos más; nada de luces, ni sombras, ni degradados, ni florituras. ¡Deja eso para los que saben! Pero hombre, al menos los colores base tienes que ponerlos: asegúrate que cada parte de la miniatura tiene el color que le corresponde, y, por la barba de Odín, procura no manchar las demás partes cuando pintes una. O, si manchas, arréglalo después. Te quedará una miniatura de colores lisos, sí, pero bien puestos. Es un buen principio, ¿sabes?
Actualmente, con la llegada al mercado de pinturas contrast, resulta especialmente fácil conseguir un resultado limpio y aceptable sin nada más que dar unos colores base. Mi consejo a este respecto es que apliques las contrast después de dar todos los colores base, y solo en las partes correspondientes, evidentemente. ¡Te sorprenderá el buen resultado que dan! De forma casi mágica tu miniatura pasará a tener cierto relieve en las partes en las que apliques estas pinturas. ¡Fácil, rápido y vistoso! Eso sí, vale la pena combinar contrast con pintura normal, pues habrá elementos de la miniatura que quedarán mejor con un tipo de pintura u otro.
Cuarto paso: tintas
Puedes relajarte, ya hemos hecho lo más difícil. Ahora echa mano de los botes de tintas que tienes y aplica aquellas que quieras en las partes que desees. Como consejo ten siempre a mano una reikland fleshshade y un shade nuln oil, o similares. Son una tinta color ocre y una negra, respectivamente.
La primera te servirá para pieles, pero también para determinados tipos de cabello y pelaje (castaños y rubios) o para aplicar sobre tonos ocres, e incluso da un efecto chulo sobre metales. Todo ello te permitirá obtener un mejor resultado en el acabado de la miniatura.
La segunda, la negra, en fin… ¡Es buena para todo! A ver, con cabeza, que te veo venir. ¡No bañes la miniatura en el bote, hombre! Pero puedes aplicarla en aquellas partes en las que no apliques ninguna otra tinta ni pincel seco, de forma que el color base que pintaste quede menos plano. ¡Me gusta especialmente cómo queda sobre gris y sobre verde!
Quinto paso: pincel seco
Aplicar un pincel seco en ciertas zonas (como pelajes o pieles) dará un plus de vistosidad a la miniatura. La forma de hacerlo es sencilla: busca un color que sea similar pero más claro al que has usado en la parte de la miniatura en la que quieres aplicar el pincel seco, selecciona un pincel plano y preferiblemente viejo (esta técnica mata pinceles), mójalo en la pintura y pasa el pincel sobre una servilleta para quitar pintura. Cuando manche poco, aplícalo en la parte escogida con pinceladas pequeñas, de forma que no deposites demasiada pintura. Si usas diferentes tonos puedes acumular más de un pincel seco encima de la misma pintura base, lo que te permitirá obtener un gran resultado. ¿Quieres un ejemplo? Pinta una criatura peluda de gris muy oscuro y aplica primero un pincel seco de gris medio y después otro muy muy ligero de gris claro, ¡verás que resultado más estupendo! Esto, además de para pelajes y cabello, puedes usarlo para pintar piedra con un excelente resultado. ¡Prueba y verás!

Último paso: la peana
Las peanas son, en ocasiones, las grandes olvidadas. Lo cierto es que una mala peana puede estropear un excelente pintado, y una buena peana sin duda resaltará un pintado mediocre (que es de lo que estamos hablando, ¿no?).
¡Conseguir una buena peana es muy fácil! Lo primero que debes hacer es pintar la base con un tono tierra (fácil si usamos un contrast marrón) o piedra (siguiendo los pasos que os he explicado en el punto anterior). Después aplica también algo de pintura a los bordes, preferiblemente negro o un tono marrón, pero con cuidado de no manchar el resto de la peana.
Finalmente, cuando se seque la pintura, llega el momento de la decoración. Lo más sencillo es usar césped artificial y matojos prefabricados, aunque puedes usar arena y no césped. ¡La arena de la playa, debidamente filtrada, va de maravilla!
Un último consejo respecto a la peana: ¡Asegúrate de que todas las de tu banda o ejército son iguales!
Pues ya está. Con esta guía de pintura para torpes no ganarás ningún premio de pintura, ¡pero tu ejército o tu banda tendrán mucho mejor aspecto sobre la mesa de juego! Es todo lo que pedimos los torpes, ¿verdad?
— Joaquín Sanjuán [Heraldo de Grímnir, www.grimnir.es]

Layer - Cadian Fleshtone (22-36)
Ver producto
Base - Abaddon Black (21-25)
Ver producto
Layer - Ushabti Bone (22-32)
Ver productoEtiquetas: Contrast, Pintar miniaturas, Pintura, Pintura y modelismo
Categorizado en: Pintura y Modelismo
Debe estar conectado para enviar un comentario.