La evolución de pintor

Publicado el 19 octubre, 2023

Los inicios del pintor

Hoy vamos a intentar ser sinceros con nosotros mismos y veremos la evolución del pintor. Hagamos una mirada introspectiva hacia el pasado, más o menos cercano y busquemos el origen de nuestra afición. A todos nos gusta pintar miniaturas, si no fuera así, no estaríais leyendo estas líneas. Pero si buscamos un denominador común entre casi todos nosotros, muchos nos hemos introducido en el hobby de pintar miniaturas a través de los juegos de mesa.

Los más mayorcitos que no íbamos de discotecas ni somos, ni éramos buenos en ningún deporte, empezamos jugando con nuestros amigos a rol, tipo Dungeons & Dragons. Y ahí, tuvimos nuestro primer contacto con las pequeñas miniaturas de plomo, que representaban a nuestros personajes. Enanos milenarios, barbaros musculosos, ladrones habilidosos, magos poderosos etc. Infinidad de personajes que pedían a gritos ser pintados. A veces era mejor no haberlo hecho, porque las habilidades de algunos eran más que nulas, pero se agradecía la intención.

Por otro lado, tenemos los que vienen del wargame clásico. Aquellos conocidos que juegan, o jugaban, con trocitos de cartón, imaginando que esos troqueles son destacamentos y batallones desplazándose por el campo de batalla. Este arquetipo de aficionado, no eran tantos como los ruidosos jugadores de rol, ya que eran, o son, un tipo de gente muy estudiosa del arte de la guerra. Pero sí cambiaban de juego o subían de escala del cartoncito a los ejércitos de metal de 15mm de importación. Quizá podríamos decir que esos fueron los que tuvieron ese primer contacto en pintar minis, ya que provienen del mundo militar y siempre el típico soldadito de plomo de colección, o de juego, se tenía que pintar para identificarlo en el campo de batalla.

Mira como se ríe el Rick.

Esto que os comentamos son los albores de las miniaturas de juego, allá los años 70/80. Pero en un momento dado, un inglés muy friki tuvo la idea de unir los juegos de guerra clásicos de mesa, que englobaban unas reglas, estrategia militar, planificación y fortuna en los dados, junto con las figuras fantásticas o medievales de plomo de 25mm, que podían coleccionarse y pintarse a vuestro antojo, para reproducir mil batallas o escaramuzas. Creó algo que seguramente todos conocemos hoy como Warhammer. Llámale tonto al Rick Priestley.

Actualidad

Llegamos a día de hoy donde a partir de aquí muchos de vosotros ya habéis empezado en el hobby con Warhammer. O con otros muchos juegos similares, los cuales han copiado el concepto, variando las reglas, el trasfondo y las minis, creando lo que tenemos hoy en día al alcance de todos los jugones, coleccionistas y pintores, el paraíso en la tierra.

Y aquí es donde queríamos llegar, ya que desde que tenéis vuestro primer contacto con las minis, independientemente del juego con el que estén relacionadas. Os ponéis a pintar, de mejor o peor manera, pero desde ese primer momento, desde vuestra primera mini a la última, hay una evolución del pintor. Y esta evolución y todas sus fases, son la que queremos comentar con vosotros.

Pero para que se produzca una evolución, es necesario que se cree o haya una necesidad, o un objetivo. Y en este punto el tema está claro, alguien os introduce en el hobby, no lo olvidéis, siempre habrá esa persona que no debéis olvidar nunca quien ha sido. El que recordareis con cariño o no, como el que os ha vinculado a este mundo, del cual no saldréis nunca más, os lo aseguro.

Sigamos, vamos a la tienda de turno y sorpresa, vemos expuestos ejércitos maravillosamente pintados en las mesas de juego, con impresionantes elementos escenográficos. En ese momento todo es extraordinario, todo es impresionante, increíble e imposible. No tenemos ni idea de cómo lo han pintado, todo lo que nos entra por los ojos, nos gusta, nos parece inalcanzable, pero lo queremos.

Nace la afición por pintar

Ahí se crea la necesidad, acabáis de picar el anzuelo. Compráis figuras, compráis pinturas, os adentráis en el trasfondo de las minis que es el juego en sí, que os hechiza aún más, comprando más figuras para formar vuestros ejércitos y sin saberlo, sois felices, pero habéis caído en un pozo sin fondo.

No os dais cuenta, pero durante una buena temporada, vivís en una nube de ilusión, compartís con amigos y familiares el juego, os da igual todo, absorbéis todo lo que os dicen o cae en vuestras manos, cada cosa o concepto que aprendéis os fascina. Hasta que, llegado un punto, el juego no os acaba de llenar. Ya sea porque es un lio o porque siempre perdéis en los torneos o lo que sea. Pero paralelamente os sigue gustando pintar las miniaturas, aunque no os quedan igual de bien que a los demás. Y ahí es donde aparece vuestro sentido crítico y empezáis a comparar.

Este proceso puede variar en el tiempo y según la forma de ser de cada persona, modificarse por elementos externos. Pero el caso es que como decía, llegamos a un punto que nos gusta pintar más que jugar.

Aquí se crea una inflexión donde no decimos que se deje de jugar, pero menos, ya que la satisfacción la obtenemos pintando una mini, cuando antes teníamos algo parecido cuando jugábamos.

Ahora estamos en otro campo, el artístico, el de pintar. Nos interesa mejorar nuestro nivel de pintura, ya no hemos de pintar cientos de figuras de un ejército como sea, para poder jugar con él. Ahora nos podemos centrar en una figura en concreto y queremos que sea mejor que las demás, es decir, pasamos de querer ganar en la mesa de juego, a querer ganar en calidad de pintura. Somos humanos y somos competitivos, somos así.

Nos esforzamos, copiamos, pintamos día tras día, obtenemos nuestros frutos y cada día pintamos mejor, evolucionamos. Pero, como todo, llegamos a un punto donde no vemos esa progresión cualitativa a la que estábamos acostumbrados.

Empezamos un periodo de estancamiento del pintor, donde la mayoría de las cosas que pintamos no nos llenan, creemos que hemos dado un paso atrás, aparece la frustración y aquello que tanto nos gustaba, ahora lo odiamos.

¿Qué sucede?

Fácil, suceden dos cosas.

  • La primera es que hoy en día las redes sociales nos facilitan poder ver el trabajo de grandes pintores a nivel mundial y, evidentemente, nos fijamos en lo que nos gusta. ¿A qué no copiáis u os paráis a mirar minis con peor acabado que las vuestras? Pues eso, tenéis un bombardeo de estímulos constate. El nivel global cualitativo que percibís sea muy alto y entendéis que vuestro trabajo es de peor calidad. Los que pintan “mal” no suele exhibir sus minis en redes sociales de una manera tan comercial y evidente, por lo que en tu trabajo, aunque sea muy bueno, siempre habrá alguien mejor que tu.
  • La segunda es que con el tiempo y la practica habéis absorbido trucos, técnicas, conceptos que provienen de otras personas. Que tienen su propio estilo, habéis copiado un poco de uno y un poco de otro, para reproducir lo que os gusta. Pero una vez interiorizado y mecanizado esas habilidades, aparece vuestro sentido creativo y entra en conflicto con lo aprendido.

En otras palabras, todo pintor o todo artista tiene un estilo. Es muy fácil distinguir una mini pintada por Marc Masclans, Banshee, Giraldez, Roman Lappat, Arnau Lazaro… Todos ellos grandes pintores (y hay más, solo hemos nombrado a algunos). Tienen un estilo propio que todos nosotros podemos identificar, lo mismo que un cuadro colgado de la pared de Van Gogh, Velázquez o Sorolla, son identificables por el estilo pictórico.

Pues lo mismo pasa con todos nosotros. Cada uno de nosotros tiene un estilo interiorizado, como cada uno de nosotros tiene una caligrafía diferente y una vez alcanzado el cenit de “pintar sin pensar,” sale solo en el trazo y ahí es donde aparece el conflicto, quiero hacer “eso” pero sale “esto”.

Algunas obras de los autores anteriormente citados.

Es un proceso natural, que debe asimilarse y no agobiarse. Cuando se acepta y se asienta el estilo propio es muy sencillo malearlo a vuestro antojo, para copiar otras obras o hacer las vuestras propias, dando paso a una flexibilidad artística fuera de lo normal. Llegado a este punto, la evolución podrá pasar a otro nivel.

El siguiente paso de la evolución del pintor

A partir de aquí, no será una evolución meteórica como al principio, donde aprendíamos constantemente, sino que después del valle creativo de estilo que comentábamos, la evolución del pintor será más lenta, pero más satisfactoria, ya que habréis encontrado el equilibrio entre el estilo propio y los conocimientos adquiridos.

Y aquí queremos hacer hincapié en una cosa. Hoy por hoy, como decíamos tenemos suerte de las redes sociales, donde podemos ver multitud de galerías de pintores, vídeos en todos los idiomas donde los grandes artistas nos enseñan a pintar y nos transmiten sus trucos. Canales donde pagando una cantidad podemos descargar y ver videos de magníficos procesos de pintura a ver si se nos pega algo, etc.

Cursos de pintura

Pero lo más importante son los talleres y cursos de pintura, donde de primera mano nos enseñan desde lo más básico hasta lo inimaginable.

En un taller aprendes mucho más rápido que haciéndolo de manera vocacional. El docente va directo al tema y, durante el proceso, aprendes ese truco o ese concepto que a través de un vídeo o artículo no puedes percibir. Es la piedra filosofal que te faltaba para ejecutar una técnica en concreto. Talleres donde siempre se aprende algo, incluso se crean nuevas amistades unidas por un interés común.

Quizá asistáis a un curso o taller, donde al finalizar el 99% del temario ya lo conozcáis o dominéis, pero ese 1% que aprendisteis, o una idea que pillasteis al vuelo, os garantiza que el curso haya valido la pena. Os da otro enfoque, otra visión de cómo emprender un trabajo. Eso se llama experiencia vital, conocimiento, capacidad resolutiva y eso, no tiene precio.

Por eso, en GoblinTrader insistimos en nuestras tiendas físicas en hacer cursos y talleres casi todos los meses del año. Tenemos de iniciación al pincel seco, aerografía o mil temas más. Así vuestra evolución en la pintura es cada día más divertida y satisfactoria. Para que no os perdáis ninguno, os dejo el link donde se pueden consultar todos los eventos.

Como nota final y resumen a todo lo que hemos la siguiente frase va dirigida a todos los que nos gusta pintar:

“Disfrutad pintando, porque no se trata de pintar mejor que los demás, sino que se trata de pintar mejor que ayer.”

—  Carlos [GuyBrush]

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