Peanas: agua y barro
Publicado el 18 mayo, 2023
Muchas veces priorizamos la miniatura sobre las peanas, cuando en realidad ambos elementos forman parte del mismo conjunto. Es obvio que esto ocurre porque el soldado, tanque o ser demoníaco es la parte más visible y a la que, por tanto, dedicamos más tiempo de montado, diseño y pintado. Sin embargo, en el momento en que nos detenemos a elaborar un poco más nuestra peana, la miniatura luce con muchísima más fuerza y es mucho más llamativa.
En efecto, la pose, los elementos y la pintura no han cambiado, pero al dedicar más tiempo en decorar la peana, ponemos a la miniatura en un contexto y en una situación. Deja de ser una miniatura para convertirse en un soldado que corre por un campo nevado. Evidentemente, cuanto más tiempo dediquemos a la peana, mejor contexto podrá crear y más épica puede hacer a esa miniatura. O, como solemos decir en Valencia, cuanto más azúcar, más dulce.
En el artículo de hoy, aprenderemos cómo hacer dos tipos de peanas diferentes. Por un lado que simulen elementos acuáticos, y, por otro, que simulen un resbalón o que el suelo está embarrado. Para ello, los elementos básicos que necesitaremos son:
- Masilla verde.
- Arena de modelismo.
- Poliestireno extruido.
- Resina para hacer agua.
- Punzón o lima circular. Evitad un bisturí o cuchilla, ya que la hoja podría romperse al ejercer presión
Peana con elementos acuáticos

Antes de empezar, hay que puntualizar que esta peana tendrá un mejor efecto visual en peanas grandes, que son las que suelen gastar las unidades singulares o los personajes, ya que los elementos acuáticos se apreciarán mejor. No obstante, esto no quiere decir que no podáis probar a hacerla en peanas de unidades básicas.
Para esta peana, primero tenemos que crear el área en la que irá el charco o riachuelo que queramos hacer. Para eso, lo más sencillo es recrecer un poco la peana, dejando sin tocar la zona que contendrá la resina que simule el agua. Cuando pongamos la masilla, podemos esperar unos 10-15 minutos desde que la colocamos para que endurezca y, con un cepillo de dientes, presionar ligeramente sobre ella en las zonas cercanas al riachuelo, de modo que dará la sensación de un suelo arenoso.

Una vez seca la masilla, comenzamos a colocar los elementos habituales de la peana, como rocas y arena de modelismo. En mi caso, como esa peana la reservé para el líder de la unidad, quería que tuviese un elemento distintivo, por lo que le coloqué dos bloques de poliestireno sobre los que iría la miniatura. No está de más tener en cuenta que el lecho de los ríos/riachuelos suele ser pedregoso, por lo que sería buena idea colocar algunas piedrecitas de diferente tamaño en algunas zonas. También os recomiendo que dejéis algunas partes de la ribera del río sin colocar arena o piedrecitas, para simular el limo (arena de textura muy fina) que se localiza en estas zonas.

Cuando ya hemos terminado de decorar la peana con los elementos básicos, la imprimamos y pintamos a nuestro gusto. Puedes pintar la orilla del mismo color que el resto de la tierra de la peana, pero el limo suele tener tonalidades más rojizas u ocres. Sin embargo, el lecho del río deberíamos pintarlo de un color marrón, gris o verde, ya que, a diferencia de lo que podamos pensar, el agua de los ríos no es azul. De hecho, los ríos pueden llegar a ser rojizos cuando llueve y se remueve el fondo.
Una vez hayáis pintado el lecho del río, colocaremos unas tiras de cartón pluma alrededor de nuestra peana (si es cuadrada) o unas tiras de cinta de carrocero (si la peana es redonda). Es importante asegurarnos que queden bien sujetos a la peana y no haya burbujas de aire por donde pueda filtrarse la resina. Cuando tengáis la peana preparada, verteremos la resina en la franja con cuidado de que no llegue al nivel del suelo, o si no desbordará. Os recomiendo verterla poco a poco para evitar que se formen burbujitas, pero si aún así se os forman, podéis quitarlas con un palillo.
Otra opción es coger un soplete pequeño o un mechero y calentar la resina para que se deshagan las burbujas, pero en una peana tan pequeña yo no correría ese riesgo, ya que podemos llegar a fundir el plástico. Si aún así queréis probar la técnica del soplete, os aconsejo que primero practiquéis en algunas peanas que tengáis sobrantes.
Una vez depositada la resina será necesario dejarla curar, lo cual puede llevar todo un día.

Por tanto, a modo de síntesis:
- Recrecer la peana con masilla verde, respetando el lugar donde colocaremos el río.
- Colocar los elementos centrales de nuestra peana.
- Poner algunas piedras en el río y en alguna zona cercana.
- Añadir la arena de modelismo.
- Imprimar y pintar.
- Añadir la vegetación.
- Poner cartón pluma o cinta de carrocero y verter la resina.
Productos que podéis usar para el agua:
Peana de suelo embarrado
En comparación con la anterior, esta peana es bastante más simple y puede adaptarse a un mayor número de miniaturas al no necesitar un tamaño mínimo de peana. Obviamente, cuanto más grande sea la peana, mejor se verá.
En primer lugar, colocamos nuestra miniatura sobre la peana. Si elegimos no pegarla todavía, pintaremos la zona de contacto entre el pie y la peana, de modo que al retirar la mini, tendremos un negativo con la forma del pie. En mi caso, puesto que se trataba de una armadura Crysis de los T’au, me interesaba especialmente saber dónde quedarían los ángulos rectos del pie, ya que en esos ángulos colocaría unas finas líneas de masilla verde para modelar el barro que se acumula tras el pie y rebosa por los laterales.

Una vez tengamos claras las medidas del pie, cogeremos el punzón e iremos ejerciendo presión poco a poco sobre la peana, hasta que tengáis los surcos de la profundidad que buscáis. Al principio es probable que os cueste hacer el surco y que incluso el punzón se resbale y no quede una línea totalmente recta. Es normal, al principio de hecho os conviene trazar las líneas poco a poco para ir definiendo la zona que limaremos.
Realmente, es indistinto colocar la masilla verde antes o después de hacer las incisiones en la peana. Lo fundamental para esta técnica es que el resbalón se ajuste a las medidas del pie/pata de la miniatura. En otras palabras, arañaremos una superficie similar a la anchura del pie. Estas incisiones reflejan los surcos que dejan los neumáticos, las piedras o las suelas al ser arrastradas por el barro.

Cuando ya tengamos las incisiones y hayamos colocado la masilla verde, podemos proceder a añadir el resto de elementos de la peana (arena, césped, piedras…), imprimarla y pintarla a nuestro gusto.

Por tanto, a modo de síntesis:
- Marcar la anchura del pie, que nos definirá el lugar del resbalón.
- Añadir masilla verde en los extremos, para simular el barro que rebosa.
- Hacer las incisiones con el punzón, con precaución.
- Colocar el resto de elementos (arena de modelismo y piedras).
- Imprimar y pintar.
Conclusión
Como habréis visto, se trata de dos peanas que crean un efecto visual bastante resultón y estético, y le dan más dinamismo al conjunto de la miniatura. Ahora es vuestro turno de elegir si queréis hacer que vuestras minis sufran un poco resbalándose o preferís que se relajen junto a un riachuelo. Sería interesante ver a un Juggernaut bebiendo tranquilamente junto a un pequeño riachuelo. Yo dejo la idea, el resto es cosa vuestra.
— Alex [@intothewebway]


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Categorizado en: Pintura y Modelismo
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