Reseña de Pequeñas Grandes Galaxias
Publicado el 18 septiembre, 2022

Pequeñas Grandes Galaxias es un juego competitivo de conquista del espacio compacto en tamaño y grande en prestaciones. Salió originalmente en 2015 y solo lo conseguí de importación en inglés, estaba tan interesado por este juego que hasta escribí a su editorial española Devir para preguntar si lo reimprimirían. ¡Y lo han hecho este año!
Abrochaos el cinturón de vuestro cohete espacial que la reseña despega en 3,2,1…
Cómo se juega
Los jugadores representan civilizaciones que participan en una carrera por conquistar los planetas más valiosos de la galaxia. El juego acaba cuando un jugador alcanza los 21 puntos de victoria, para ello suma su nivel de civilización a los planetas conseguidos, pero el ganador se decide en un recuento final, que incluye un turno más y objetivos secretos.
La partida empieza con cada jugador recibiendo su propio tablero personal que representa a su galaxia, dos naves, dos unidades de energía y cero de cultura que se marcan con dos marcadores de recursos. Y su civilización al nivel inicial, indicado de la misma manera con otro marcador.
También recibirá 2 objetivos secretos, de los cuales se quedará uno y descartará el otro.
Baraja las 40 cartas de planeta, revela en una fila un número igual a la cantidad de jugadores más 2 y el primer jugador ya puede lanzar los dados personalizados de acciones. Inicialmente 4, pero conforme avance su civilización, podrá lanzar más dados, hasta 7.

Las acciones de los dados
Todas las acciones del juego vienen determinadas por las caras de los dados que hemos lanzado. ¿Qué significa cada icono?
- Flecha con cohete: Nos permite mover una nave desde nuestra galaxia o el planeta en el que esté a otro planeta o de vuelta a nuestra galaxia. Cuando llega al planeta, puede colocarse de pie, representa que ha aterrizado ahí o tumbada en la primera posición de recorrido de colonización orbitando el planeta.
No podemos coincidir con otras naves de nuestra galaxia, pero no importa si hay de otros jugadores.
Aterrizar además nos permite usar ahora la habilidad especial del planeta. - Rayo de energía y columna griega: Estos dos dados generan recursos, obtienes una unidad de energía por cada nave aterrizada u orbitando un planeta con el icono de rayo. Y lo mismo si usas el dado de cultura. Las naves en tu galaxia producen energía también.
- Globo rodeado de laureles y gráfico de barras creciente: Esta otra pareja de dados sirve para avanzar 1 paso en el recorrido de colonización del planeta en el que tengamos una nave orbitando y coincida con el símbolo del dado, diplomacía o economía.
¡La primera nave que llegue al final del recorrido se queda el planeta y el resto de naves se vuelven a su galaxia con las manos vacías!
Los planetas conquistados se guardan en una columna debajo del tablero de galaxia del jugador, con la habilidad especial y los puntos de victoria visibles. En este momento debemos anunciar nuestro total, por si disparamos el fin de la partida.
Y revelamos un nuevo planeta para el muestrario.
- Cúpula cubriendo edificios: Activamos este dado para usar la habilidad en nuestra galaxia, avanzar el nivel de nuestra civilización pagando recursos o el de cualquier planeta que hayamos conquistado previamente, los que tenemos en una columna debajo de nuestro tablero.
Y si no nos gusta nuestra tirada, podemos volver a tirar cualquier cantidad de nuevo de forma gratuita. Si sigue sin gustarnos, podemos pagar energía para volver a tirar. Y si aun así no hay manera que salga la cara que queremos, podemos gastar 2 dados cualesquiera para transformar un tercer dado a la cara deseada. Pero ojo, solo los dados que no hayamos usado ya podrán ser relanzados.
Los planetas
En el espacio el tamaño sí importa. Los planetas con recorridos más largos y lentos de conquistar otorgan más puntos de victoria y tienen mejores habilidades especiales.
Comparemos por ejemplo el minúsculo Jakks, un planeta que tiene un recorrido de tan solo 2 avances diplomático, su habilidad genera 1 de cultura y el planeta otorga un puntito de victoria.
Con el impresionante Shouhua, que se conquista con 6 avances, su habilidad avanza cualquier nave 1 casilla y otorga 7 puntazos de victoria.
Pero mi planeta preferido es Gyore, que permite elegir la cara de un dado inactivo. Y también quiero destacar al pérfido K-widow, que desplaza hacia atrás del recorrido de colonización cualquier nave enemiga.

La carrera espacial
Jugando a este juego te puedes encontrar con tu nave a punto de conquistar un planeta, le toca a otro jugador, tira sus dados, mezcla un poco de suerte con relanzamientos y llega él primero. Noooo…
Para evitar esta situación, el juego permite seguir las acciones de los otros jugadores pagando el recurso de cultura. Esto te permitiría avanzar tu nave, justo después de que otro jugador, haya avanzado la suya.
Pero no olvides el resto de acciones, con suficiente cultura, puedes hacer un uso excelente de los turnos de todos tus contrincantes, yo le llamo el jugador parásito al que usa esta estrategia.
Pequeños grandes juegos
Pequeñas Grandes Galaxias forma parte de una serie de juegos con el mismo título, mismo tamaño de caja y misma ambición. Me resulta admirable cómo el autor consigue meter mecánicas de juegos complejas propias de título normalmente más grandes, diminutos componentes detallados y temas interesantes y bien representados.
En mi colección también tengo el Pequeños Grandes Westerns, un juego de colocación de trabajadores con vaqueros que juegan mini partidas de poker y se baten en duelos con dados en forma de bala.

A quién gustará Pequeñas Grandes Galaxias
El juego se acelera rápido, en cuando las civilizaciones avanzan y empiezan a disponer de más dados y más naves, la carrera por conseguir los mejores planetas se dispara. Debes estar atento a las habilidades de los planetas, no quedarte sin recursos, cuán avanzadas están las naves de los oponentes y decidir si te quedas con tus dados o tientas a la suerte con nuevas tiradas.
Aunque sea un juego pequeño y rápido, ofrece muchas opciones, caminos hacia la victoria y rejugabilidad por sus diferentes objetivos y orden aleatorio de aparición de los planetas.
Es un juego ideal para aquellos que busquen un nivel medio de complejidad, les guste el conflicto y no se estresen por quedar retrasados en una carrera.
Aunque las acciones provengan de dados, no es un juego que dependa de la suerte, en tu turno debes estrujarte el cerebro para elegir qué hacer y en qué orden.
Además la sensación de victoria es muy agradable, jugué una partida con unos amigos que tras acabar, la persona que había ganado, estaba eufórica, había conseguido arrebatar planetas y puntos de victoria a todos los oponentes en un par de jugadas finales redondas.
Y si te has quedado con ganas de más
Pequeñas Grandes Galaxias me recuerda mucho al Roll for the galaxy, ya que ambos tienen dados personalizados y transcurren en el espacio. Si te gusta el espacio y quieres una experiencia mucho más intensa, recomiendo el gigantesco Eclipse y cambiando por completo de entorno, mi juego de colocación de dados favorito es Lorenzo il Magnífico, que transcurre en la Florencia renacentista. Y si quieres lanzar y relanzar dados sin parar, prueba el Dados Zombie.
— Raül [Amigo del Waaagh!]

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