Reseña Nidavellir
Publicado el 24 noviembre, 2020

Durante milenios, el Reino de los Enanos vivió en paz… Pero ahora la situación ha cambiado y el despiadado Fafnir se ha hecho con el reino. Llega nuestro momento de hacerle frente, de recuperar nuestro hogar y demostrar que somos los únicos que pueden derrotar al dragón. Pero no podremos hacerlo solos, así que en Nidavellir vamos a reunir el mejor ejercito que encontremos en las tabernas y, al final, el que tenga más Gallardía ganará la partida y se enfrentará al poderoso dragón.
Para formar el mejor ejército, Nidavellir usa una mecánica de pujas y colección de cartas, acudiremos a las tres tabernas del reino para encontrar allí a los más valientes enanos y pujaremos por ellos. Pero cada clase de enano tiene sus peculiaridades y aunque es muy aconsejable que tengamos varios de cada clase, al final tendremos que decidir cuál de todas nos va a otorgar más puntos de Gallardía al final de la partida.
¡Vamos a adentrarnos en el juego!
Los Enanos
Como hemos dicho, en este juego existen un total de cinco clases de enano, cada una de ellas nos puntúa de forma distinta y por tanto el valor de Gallardía que podemos conseguir con ellos varía. Diferenciaremos los tipos de enanos por el color de la carta y la banderola que llevan a la izquierda, a la que nos referiremos como “rango” y que contiene un símbolo o un valor numérico.
Vamos a conocer las clases:
- Los Guerreros utilizan el color rojo y su valor de Gallardía es igual a la suma de todos sus puntos de rango. Además, el jugador que tenga más rangos sumará el valor de su moneda más alta.
- Los Cazadores se distinguen por tener el rango verde y su valor de Gallardía es igual al número de cazadores al cuadrado. En el tablero personal de cada jugador se ve claramente cuál es el cálculo.
- Los Mineros, identificados por el color naranja, suman el valor que viene en su rango y después lo multiplican por el número de rangos que tengan.
- Los Herreros son de color violeta y su valor viene establecido por una secuencia matemática, pero al igual que los Cazadores, en el tablero personal tenemos el cálculo.
- Los Exploradores, que toman el color azul, su valor de Gallardía es igual a la suma de todos sus puntos visibles en el rango.
Además, durante la partida podemos optar a conseguir cartas de Enano más poderosas, que son conocidas como Héroes. Los Héroes pueden ser Neutrales, es decir, que no tienen ningún color, o pueden estar asociados a las distintas clases. Más adelante veremos cómo se consiguen los Héroes.

Adentrándonos en el Reino de Nidavellir
Las partidas transcurren en dos Eras, si estamos jugando a 2 o 3 jugadores cada Era durará cuatro turnos y si nuestra partida es de 4 o 5 jugadores cada Era tendrá una duración de tres turnos.
Cada Era tiene un mazo de cartas diferenciado por el reverso, en la primera jugaremos con las cartas que tienen una gema amarilla y en la segunda Era jugaremos con el mazo que contiene dos gemas magenta.
Como hemos dicho, nos adentraremos en las distintas tabernas para buscar a los enanos y pujaremos por ello, pero la gracia del juego viene a la hora de la puja y cómo podemos mejorar nuestras monedas.
En primer lugar, colocaremos en cada taberna tantas cartas de la Era actual como jugadores haya en la partida (salvo en partidas de 2 jugadores, que pondremos uno más). Las cartas pueden estar formadas por enanos o por monedas, que nos aumentan el valor de una moneda si decidimos cogerlas.
Una vez hemos colocado las cartas, cada jugador debe de pujar por ellas: para ello colocaremos nuestras monedas (que van del 2 al 5 y una quinta moneda con valor 0) en nuestro tablero personal, que viene marcado con el símbolo de cada taberna. Por ejemplo, si me interesa un Explorador de la primera taberna y quiero conseguirlo a toda costa, pondré mi moneda más alta, el cinco, en mi tablero personal en el espacio dedicado a la primera taberna. Y lo mismo haré con el resto. Las dos monedas que me sobran van a la bolsa.

Cuando todos los jugadores han colocado sus monedas se van revelando taberna a taberna y el jugador con el valor más alto escoge primero. En caso de empate, el juego cuenta con unas gemas con distinto valor. El jugador con la gema más alta se proclama ganador del empate y escoge primero, pero, a cambio, pierde su gema, que pasa a manos del otro jugador con el que ha empatado.
Al inicio de la partida, las gemas se reparten de forma aleatoria.
Una vez decretado quién escoge una carta primero, el jugador activo coge el enano que sea de su gusto y lo añade a su colección, en caso de que active la moneda de valor 0 o se de la condición de que coge un héroe lo ejecutamos en ese mismo momento.
Repetiremos esta operación con las dos siguientes tabernas hasta que se termine el turno.

Como hemos dicho, la gracia del juego es que a lo largo de la partida podemos ir intercambiando nuestras monedas de menor valor por otras mejores. El valor más alto al que podemos optar es el de 25 y para poder conseguirlas deberemos usar nuestra moneda 0.
En la foto superior, en el tablero de la izquierda, el jugador ha usado su moneda de valor 0 en la tercera taberna, por lo que será el último en escoger carta. A cambio, podremos intercambiar una de las dos monedas que hemos dejado en la bolsa (las que tienen el valor 2 y 3). Sumaremos el valor de estas dos monedas, que da como resultado 5, y cogeremos la moneda de la reserva que corresponda a ese valor. A cambio, perderemos la moneda de más valor que hemos usado para el intercambio, que en este caso es la de 3.
Ahora nuestra mano de monedas está compuesta por dos 5, un 4, un 2 y un 0.
Por ejemplo: Si hemos usado una moneda de valor 0 en alguna de las tabernas y en la bolsa, sin usar, hemos dejado un 5 y un 10, cogeremos una moneda de valor 15 de la reserva, pero a cambio perderemos el 10.
Si cuando vayamos a coger una moneda no esta disponible, cogeremos la que haya inmediatamente después.

Además de realizar un intercambio de monedas, en nuestro turno podemos reclutar un Héroe para nuestro ejército si cumplimos la condición de que tenemos un rango cada clase de enano. Recordamos que el rango se visualiza con las banderolas que llevan las cartas de enano a la izquierda, es decir, que deberemos tener al menos una carta de cada clase.
En el momento en el que obtengamos un rango de cada clase podremos escoger el Héroe que queramos, ya sea neutral o asociado a una clase. Cada Héroe puntúa de forma distinta o nos añade una bonificación a nuestra clase.
Cuando volvamos a tener dos rangos de cada clase cogeremos un nuevo Héroe y así continuaremos cada vez que cumplamos esta condición.
Repetiremos esta fase 3 o 4 veces según el número de jugadores hasta que terminemos la primera Era. Una vez hecho, comprobamos qué jugador tiene más rangos de cada clase y obtendrá una bonificación, que puede ser una Gema más poderosa, una moneda nueva o una carta nueva entre otras cosas.
Finalizada la primera Era preparamos el mazo de la segunda, colocamos las cartas en cada taberna y comienza un nuevo turno.
La partida termina cuando se acaba la segunda Era y pasamos a puntuar. En el juego ganará el jugador que más valor de Gallardía consiga y lo obtendremos a través de las clases de enanos, la suma de todas nuestras monedas y los puntos de Gallardía que puedan darnos los Héroes Neutrales.
El jugador con el valor más alto será el elegido para que se enfrente al dragón.

Opinión personal
Como hemos ido viendo, Nidavellir es un juego de pujas muy sencillo, en el que en cada ronda pujaremos por las cartas que más nos interesen. Realizamos la puja, el jugador con el valor más alto escoge en primer lugar, seguido del jugador con el segundo valor más alto… y realizamos alguna acción secundaria si es que la hemos activado, como el intercambio de monedas o reclutar a un Héroe. Después continuamos hasta la segunda y tercera taberna y repetimos el proceso hasta que hemos terminado los turnos de la primera Era.
Muy fácil, como podéis ver, pero muy divertido. Nidavellir se vino a casa sin muchas dudas, no teníamos ningún otro juego de pujas, así que decidimos apostar por este y estamos muy contentos.
Los componentes de la caja me parecen de muy buena calidad, viene con unos soportes donde colocar las cartas de Héroe para tenerlas a la vista en todo momento y también con el banco de Tesoro Real, donde colocar las monedas y, además, ¡cabe dentro de la caja montado! Lo cual es todo un punto a su favor. En el aspecto estético, quizá, las cartas sean un pelín más austeras al tener las ilustraciones en blanco y negro, pero personalmente me gustan así y creo que le quedan muy bien al juego.
Una de las cosas que más me gustan de Nidavellir es su ritmo, se posiciona como un juego muy dinámico y la partida no se queda estancada en un turno, sino que prácticamente todos jugamos a la vez y realizamos nuestras acciones de forma simultánea, como mucho esperaremos un minuto a que otro jugador escoja un héroe, pero por lo demás, el juego es rápido y divertido.
Precisamente está rapidez es la que hace que sea tan divertido, ya que siendo tan sencillo si la partida se alargase en el tiempo terminaría por aburrirnos o cansarnos. En cambio, Nidavellir tiene una duración perfecta, invitándote a jugar una segunda partida si te has quedado con ganas.
¿Es Nidavellir un buen juego? Para mí desde luego que sí, como he dicho, no teníamos ninguno similar a este en la ludoteca y ha entrado por la puerta grande. Ya estoy deseando volver a jugar a este título.
— Raquel [Ludoadicta de la Costa]
Etiquetas: Juego de cartas, Juego de pujas, Juegos de Mesa, Maldito Games, Nidavellir, Reseña
Categorizado en: Juegos de Mesa
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