Reseña Paris

Publicado el 14 diciembre, 2020

2-4 jugadores / 90 minutos / +12 años / Michael Kiesling y Wolfgang Kramer / Maldito
Games

París se encuentra en su máximo apogeo, sin duda una de las ciudades más bellas del mundo. Acabamos de dejar atrás la Exposición Universal de 1889 y la construcción de la Torre Eiffel, así como la conmemoración del centenario de la toma de Bastilla: París atraviesa un período conocido como la “Belle Epoque”.

La arquitectura parisina es la protagonista, veremos estilos de todo tipo: beaux- arts, neobizantino, neogótico, art Nouveau y también art déco. Nuestro objetivo en la partida será hacernos con los estos maravillosos edificios, invertir en su construcción y hacernos con los monumentos más emblemáticos de la ciudad del amor.

Belle Epoque

En París, los jugadores asumen el papel de adinerados inversores inmobiliarios que intentan comprar los edificios más impresionantes de la capital francesa. Los jugadores conseguirán puntos de victoria comprando edificios y obteniendo losetas de bonificación, la partida tendrá un número indeterminado de rondas, el final de partida se desencadenará cuando un jugador coja la última loseta de ventaja.

En este juego de Maldito Games, empezando por el jugador inicial, y continuando en sentido horario, cada jugador, en su turno, debe realizar los siguientes pasos en orden: colocar un edificio en el tablero y realizar una acción. Tras esto, le tocará al siguiente jugador hasta que todos hayan jugado y se complete la ronda. Continuaremos jugando rondas hasta el final de la partida.

Tablero de París con sus avenidas

Antes de entrar de lleno en el funcionamiento del juego vamos a ver los recursos y las fichas de prestigio y cómo funcionan. En París hay tres tipos de recursos: madera, mármol y oro. Estos son necesarios para comprar edificios de valores altos, así como monumentos. Además, los recursos pueden comprarse y venderse en cualquier momento. Al inicio de la partida no podremos comprar recursos, pues estarán disponibles conforme avance ésta, es decir, que la reserva de recursos estará vacía. Y conforme vayamos vendiendo los que consigamos, la reserva se llenará y nos permitirá comprar recursos.

Asimismo, contamos con tres tipos de fichas de prestigio: bronce, plata y oro. Estas nos otorgarán puntos de victoria si las gastamos al comprar monumentos. Las fichas de prestigio no pueden comprarse, pero sí se pueden vender.

Tanto los recursos como las fichas de prestigio se consiguen cuando compramos un edificio, los de nivel 1, 2 y 3 nos dan recursos fichas de prestigio y los edificios de 4, 5 y 6 recursos.

Componentes de París: las llaves, las monedas y las banderas

Como hemos visto, cada turno se divide en dos pasos. Vamos a explicarlos con más detalle:

La primera parte es la de colocar un edificio en el tablero. Cada jugador debe empezar su turno robando la primera loseta de edificio de una de las pilas disponibles y colocándola en su casilla de edificio correspondiente, según el valor de construcción y el distrito indicado en la loseta. Si todas las pilas de edificio están vacías este paso se ignora durante el resto de la partida.

La segunda parte es la de realizar una acción, donde podremos escoger entre tres acciones:

La primera acción es colocar una llave en un banco o en el arco del triunfo. Podemos colocar una llave en el banco de uno de los seis distritos disponibles y coger la cantidad de francos (la moneda del juego) indicada del suministro general y añadirlos a nuestros recursos personales, los cuales estarán ocultos tras una pantalla de jugador. O podemos colocar la llave en el arco del triunfo, donde no obtendremos ningún beneficio. Es importante tener en cuenta que no se puede tener más de una llave colocada en un banco o en el arco del triunfo.

La segunda es mover una llave. Podemos mover una llave que se encuentre en el tablero a un edificio o monumento pagando su coste correspondiente. Solo se puede mover a un espacio en el que no haya ninguna otra llave y que tenga un valor de construcción mayor y dentro del mismo distrito. Los bancos no tienen valor de construcción, por lo que se considera como cero. Si la llave se mueve desde el arco del triunfo, se puede colocar en cualquier edificio o monumento sin ocupar de cualquier distrito.

Como hemos dicho, podemos mover la llave del banco a un edificio, pero si la movemos de un edificio a otro (o a un monumento), solo pagamos la diferencia de francos. Es decir, si estamos en el edificio 2 y vamos al 6, pagaremos solo 4 francos.

Los edificios, además, nos dan beneficios. Siempre que se compre un edificio, se coge la ficha de prestigio que está junto a él (si la hubiese). En un edificio de valor uno, dos o tres se coge gratis una loseta de bonificación que nos otorgará distintos beneficios.

Y la tercera acción es coger una loseta de ventaja. Esta acción SOLO estará disponible cuando las pilas de edificios estén vacías. Se miran las losetas de ventaja (identificadas como una bandera) que queden disponibles y se escoge una. Dicha loseta se puede activar inmediatamente o más adelante para obtener el beneficio que nos indique.

Llave blanca y negra en el banco, llave blanca en el edificio 2 y llave negra en el edificio 3

Como vemos, durante el trascurso de la partida las llaves de todos los jugadores van a ir ocupando los edificios y monumentos de cada uno de los seis distritos del tablero central. En cuanto un distrito tenga un total de cuatro llaves entre edificios y monumentos (los bancos no se tienen en cuenta), el jugador activo puede colocar de inmediato una de las losetas de puntos de victoria disponibles en una casilla disponible de cualquier distrito. Estas losetas proporcionan puntos de victoria adicionales al final de la partida a aquellos jugadores que hayan ocupado los edificios y monumentos de mayor valor en ese distrito.

Asimismo, rodeando el tablero, tenemos las losetas de bonificación, que pueden conseguirse cuando compremos edificios de valor 1, 2 y 3. Podemos obtener la loseta que queramos, para ello avanzaremos el peón de nuestro color hasta dicha loseta y la cogemos, podemos activarla en ese momento o más tarde. Pero, hay que tener en cuenta, que el peón solo avanza hacia delante, por lo que si avanzamos muchas casillas de golpe después no podremos volver atrás y nuestros contrincantes podrán avanzar de uno en uno.

Distrito con una loseta de puntos de victoria colocada. El jugador que sume mayor valor de edificios con llave se lleva 18 puntos, el segundo 9 y el tercero 4

Cuando un jugador coja la última loseta de ventaja, se activa el final de partida. Se termina de jugar la ronda actual y después se juega una última ronda. Una vez completada se lleva a cabo el recuento de puntos de victoria.

Primero se comprueba si algún jugador es dueño de la loseta de bonificación 27, que otorga tantos puntos de victoria como francos tenga dicho jugador.

Tras esto, se comprueban las mayorías de cada distrito. Cada jugador suma los valores de los edificios y monumentos en los que tenga una llave. En cada distrito, los jugadores ganarán los puntos de victoria correspondientes a su posición, primero, segundo tercero, según indique la loseta de puntos de victoria colocada en dicho distrito. El jugador en cuarta posición no recibe puntos de victoria. En caso de empate en alguna posición, se resuelve a favor del jugador que posea el edificio o momento de mayor valor. Si en un distrito tenemos llaves pero no tenemos losetas de puntos, no se puntúa aunque seamos el que tenga la mayoría.

Cuando se hayan puntuado todos los distritos, ¡el jugador con más puntos de victoria es declarado ganador!

Loseta de monumento, para colocarla hay que pagar 3 fichas de oro y si queremos conseguir puntos de victoria deberemos dar estrellas de oro, cada una que demos nos dará 5 PV, máximo de 15 PV.

Opinión personal

Si hay algo que podemos decir de este París es que presenta una producción impresionante y que en mesa es muy vistoso. El tablero redondo coronado por el Arco del Triunfo le otorga al juego una presencia increíble y solo por cómo se ve ya tenemos ganas de probarlo y de saber más sobre él.

Eso no podemos quitárselo a París, su producción es excepcional y eso que para esta reseña no hemos usado la versión Deluxe del juego.

Estamos ante un título donde predomina el control de áreas y las mayorías, un juego sencillo que recomiendo sin duda a 3 y 4 jugadores, ya que a dos cojea un poco. Paris fluye rápidamente en la mesa, no fomenta los turnos largos que ralentizan la partida, si no que las acciones vienen una tras otra y, aunque perdamos unos segundos pensando qué nos conviene más, no será nada comparado con la lentitud que podemos ver en otros títulos.

Sin duda alguna es un juego tranquilo, pero divertido, donde podemos “pelearnos” con nuestros contrincantes por los edificios, donde una acción de otro jugador puede quitarnos la mayoría, lo que propicia que nos pensemos nuestras jugadas, pero sin llegar a ser sesudo, se muestra al alcance de todos.

Como parte negativa, el montaje de París es un tanto tedioso y si tenéis pensado jugar varias partidas seguidas mi recomendación es que no lo desmontéis, ya que os ahorrará mucho trabajo de cara a la siguiente partida.

Raquel [Ludoadicta de la Costa]

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