Reseña Romeo y Julieta
Publicado el 30 marzo, 2021

¿Quién no ha oído hablar de Romeo y Julieta? Esta pareja es mundialmente famosa y todos sabemos quiénes son y cómo terminar su historia de amor. Los hemos visto en el teatro, en la televisión, en los libros… y ahora también en un juego de mesa, donde el amor intentará triunfar a toda costa.
Siendo nuestros protagonistas una pareja, ya os adelantamos que éste es un juego exclusivo de dos jugadores y, además, cooperativo, cuya mecánica es de movimiento y gestión de la mano. Uno juega como Romeo y otro como Julieta y debéis encontraros para que vuestro amor florezca más allá del odio que enfrenta a vuestras familias.
Para ganar, el amor debe alcanzar su culmen antes del fin del tercer acto; pero si el odio alcanza el nivel más bajo el destino recae sobre los amantes condenados y perdéis la partida.
Los Capuleto y los Montesco
Cada jugador elige una de las dos familias y despliega el tablero en el centro de la mesa con el lado azul frente a Julieta, ya que es el color designado para los Capuleto, mientras que los Montesco son reconocibles por tener el color rojo. Después, se colocan los marcadores de odio, amor y acto en sus medidores correspondientes.
Por último, cada jugador coge las caretas de su color y las separa en dos mazos según su dorso: uno para los lugares y otro para los acompañantes. Cada mazo se baraja y se coloca bocabajo.
Ahora es el momento de escoger el capítulo: Romeo y Julieta incluye nueve
capítulos con distintos niveles de dificultad. Los capítulos vienen representados por cartas en las que se nos indica cómo deben empezar los personajes sobre el tablero, las fichas que recibimos y las cartas de evento que están en juego durante esa partida. Una vez escogido el capítulo que vamos a jugar, debemos colocar el resto de componentes tal y como nos indica la carta.
Las fichas de personaje representan a los miembros de las distintas familias, al fraile y al odio; las fichas de misiva sirven para comunicarnos con el otro jugador y finalmente tenemos las cartas de evento, que condicionan la partida en el momento en el que salen.
Una vez hecho esto, cada jugador busca en su mazo de lugares la localización en la que se encuentra su personaje y la conserva en su mano para comenzar la partida, se baraja el mazo de lugares y ya está todo listo.

Romeo y Julieta se juega durante un máximo de 3 actos (rondas), cada acto está compuesto por 4 escenas (turnos). Para hacer que su amor crezca, Romeo y Julieta deben verse en el mismo lugar, habiendo escogido pasión (el corazón rojo) previamente. Por otro lado, el odio aumentará por cada lugar en el que estén presentes miembros de las dos familias enemigas.
Cada escena se divide en cinco fases, que se juegan en orden: preludio, encuentro, entre bambalinas, entrada en escena y desenlace.
Durante Preludio, cada jugador roba tantas cartas como necesite de cada mazo hasta tener 4 lugares y 4 acompañantes en su mano. Después pasamos a Encuentro, donde el primer jugador, y alternándose, puede realizar cualquiera de estas dos acciones:
- Gastar una ficha de misiva, para indicar dónde quiere ir el jugador que habla. Las fichas de misiva son la única forma que tenéis de comunicaros, ya que no se puede hablar en el juego.
- Proponer una de las dos caras del corazón: pasión/razón, los jugadores
indican si creen que pueden verse con su amante.
En cuanto un jugador confirma la cara de la ficha de corazón que su compañero ha propuesto, termina la fase de encuentro. A partir de entonces, es imposible enviar nuevas misivas.
Dependiendo de la cara que los jugadores elijan conjuntamente las consecuencias pueden variar. Si se elige pasión el amor podrá florecer en la última fase, por el contrario, si se elige razón el amor no florecerá incluso si Romeo y Julieta se han encontrado. A cambio, cada jugador obtiene una misiva inmediatamente.

Pasamos entonces a entre bambalinas, donde cada jugador elige una carta de lugar de su mano y una carta de acompañante y las coloca bocabajo frente a él. Una vez escogidas entramos en escena: Romeo y Julieta revelan sus cartas de lugar y de acompañante elegidas previamente. Primero Romeo mueve a su peón a su lugar revelado junto a la ficha de acompañante que ha escogido. No es necesario que estén juntos, el peón de acompañante se mueve desde donde se encuentre al nuevo lugar. Ahora Julieta hace lo mismo.
Una vez resueltos los movimientos, es hora de ejecutar el efecto del lugar al que nos hemos movido. Es importante tener en cuenta que los efectos son obligatorios a menos que se indique lo contrario. Primero resuelve Romeo y luego Julieta.
Vamos a ver en detalle los efectos de los distintos:
- En el Balcón de Julieta el amor florecerá dos veces en lugar de una durante el desenlace.
- En el Salón de baile Capuleto moveremos dos acompañantes Capuleto a un lugar adyacente a su posición actual, en la misma dirección. Estos
acompañantes pueden ir a lugares distintos. - El Salón Montesco funciona igual que el Salón Capuleto, pero con acompañantes de su familia.
- La Celda de Fray Lorenzo nos permite mover cualquier acompañante a un lugar adyacente.
- En la Iglesia y La Calle de Verona podemos mover a un lugar adyacente a Fray Lorenzo y a la Alegoría del odio, respectivamente.
Para entender mejor estos dos últimos lugares, hay que tener en cuenta que los personajes que movemos tienen habilidades especiales. Fray Lorenzo es un mediador, allá donde esté no puede caer el odio. En cambio, la Alegoría del odio subirá dicho medidor si comparte lugar con cualquier otro personaje, excepto si Fray Lorenzo está presente.

Y finalmente llegamos al Desenlace, para esta última fase hay que resolver en orden los siguientes pasos:
- Si Julieta está en el mismo lugar que la nodriza, obtiene una ficha de misiva.
- Por cada lugar en el que esté presente al menos un miembro de cada familia enemiga, baja una casilla el marcador de odio. El odio también cae en cualquier lugar donde Julieta esté con un Montesco o Romeo con un Capuleto. Por su puesto, debido su amor, el odio no cae si Romeo y Julieta están solos en el mismo lugar.
- Si Romeo y Julieta están en el mismo lugar (solos o acompañados) y durante la fase de encuentro hemos escogimos la cara de pasión, se aumenta en uno el nivel de amor.
- Cada vez que el amor florezca, se revela una carta de evento y se resuelve. Hay dos tipos de cartas, de efectos inmediatos o de efectos permanente hasta que sean tapadas por otra carta.
Los jugadores repetirán la escena (esto es, estas cinco fases que componen el turno) hasta que los mazos de los jugadores se han agotado (será un total de cuatro escenas, o lo que es lo mismo, cuatro turnos). Una vez terminadas las cuatro escenas termina el acto (la ronda) y pasamos al siguiente acto (recordad que hay un total de tres actos).
Al finalizar un acto, cada jugador elige una carta de lugar y una de acompañante de su mano para conservarla. Después, vuelve a construir cada uno de los mazos barajando las cartas restantes (las usadas durante el acto anterior y las que ha descartado de su mano). Por último, el marcador de acto avanza a la siguiente casilla y empezamos de nuevo.
Vamos a seguir jugando hasta que se dé una de las condiciones de final de juego:
- Si el marcador de odio está en el nivel más bajo, perdéis la partida.
- Si se resuelven los 3 actos y el amor no está en su máximo nivel, perdéis la partida.
- Si el amor alcanza su máximo nivel, ¡ganáis la partida!

Me gusta o no me gusta, esa es la cuestión
Llegados a este punto os habréis dado cuenta de que conseguir que florezca el amor en cada capítulo no va a ser fácil, ya que conforme pasamos de un capítulo a otro la dificultad aumenta y las cartas de evento, que son las que realmente marcan la diferencia entre un capítulo y otro, se vuelven más exigentes.
Romeo y Julieta es un juego en el que tenemos que estar muy atentos a los
movimientos de nuestro compañero, ver qué cartas ha usado y qué personajes aun le quedan en la mano, pues si estamos despistados no conseguiremos que el amor venza.
Por ejemplo, queremos ir a una ubicación en la que sabemos que podemos triunfar y, además, no vamos a propiciar que nuestras familias se encuentren, ¿Qué hacemos? En primer lugar, jugar con el único mecanismo de comunicación que nos ofrece el juego: las misivas. Pero, ¿Qué pasa si no me quedan? Que entonces tendremos que jugar con más cuidado aun, comprobando si ese lugar tan perfecto que he visto está a nuestro alcance, porque quizá sea una localización que ya ha usado nuestro compañero y, en ese caso, debemos saber que no puede volver a ella durante esta ronda, al menos no con esa carta. Si no, nos llevaremos un chasco tremendo cuando nuestro Romeo o nuestra Julieta se plante en otra escena sin nosotros.
Ahí viene la dificultad de este juego, que conforme las misivas van escaseando nuestra comunicación se vuelve nula y tenemos que suponer qué va a hacer cada uno para que el amor triunfe. Pero, ¡atentos! Esto no es todo, al principio puede ser muy fácil mover a los miembros de nuestras familias a nuestro antojo para que no coincidan -o al menos que no coincidan mucho-, pero capítulo tras capítulo esto cada vez es más complejo.
Romeo y Julieta supone todo un reto a la comunicación, donde nos encantará ver que hemos pensado lo mismo, pero que sin duda maldeciremos -con mucho amor, claro- a nuestro compañero de juego si no hace todo aquello que hemos planeado en nuestra cabeza: ¿estáis dispuestos a embarcaros en esta aventura para que el amor triunfe?
— Raquel [Ludoadicta de la Costa]
Etiquetas: Cooperativos, Juegos de Mesa, juegos para 2 jugadores, Maldito Games, Romeo y Julieta
Categorizado en: Juegos de Mesa
Debe estar conectado para enviar un comentario.