Star Wars: Legion – Episodio III La mejor partida

Publicado el 12 diciembre, 2019

La eterna lucha del bien y el mal

Hace mucho, mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana…
De entre todo lo bueno de Star Wars: Legion, de lo mejor es sin duda su origen: la saga de películas. Es algo que hace muy divertido y emocionante el juego, pudiendo llevar a la mesa ese estilo de enfrentamientos épicos.

Pero si a nuestras partidas aisladas le añadimos la ambientación de un torneo o quedada temática, la experiencia de este universo de leyenda se elevará al máximo exponente. El propósito de este capítulo es pues explicar cómo podemos desarrollar un hilo temático que enlace las partidas, e incluso poder usar otros juegos para completar el marco de la ambientación.

Star Wars Legion, juego de miniaturas de Fantasy Flight Games

Por un lado, los torneos añaden a la diversión de una partida cualquiera, el hecho de competir y tener la opción de jugar con otros aficionados a los que no conoces o con los que, por diversas circunstancias, no puedes quedar frecuentemente. Por otro lado, las quedadas relegan un poco el factor competitivo, primando una experiencia de juego más distendida. En cualquier caso, podemos aprovechar estos espacios para darle una vuelta más al hobby y hacerlo aún más divertido e inmersivo. Entonces, ¿cómo lo hacemos?

Por experiencia, os puedo asegurar que es sencillo y fácil. Lo único que se necesita es una buena idea a desarrollar, mesas de juego con escenografía lo más parecida posible a nuestra idea, y jugadores abiertos a una nueva forma de competir y, sobre todo, de pasarlo bien. De esta manera, el éxito está asegurado.

Luke y Vader luchan a muerte en el desierto

Lo primero que hemos de tener en cuenta es que Star Wars: Legion es un juego tremendamente peliculero: su forma de adaptar al juego las personalidades de las películas y de las series es asombrosa. Éste es el punto de partida de un buen torneo o quedada, el cual debemos aprovechar al máximo. Para explicar en detalle el proceso de diseño de torneos o quedadas temáticas, vamos a desarrollar un ejemplo.

Imaginemos que nuestra historia tiene lugar en un planeta del universo de Star Wars, en el cual se localizan unos cristales de kyber especiales. Por un lado, El Imperio necesita estos cristales para la construcción de la Estrella de la Muerte. Por otro lado, los Rebeldes deben impedir que los imperiales se hagan con ellos. Bien, ya tenemos el tema central de la trama. Ahora hemos de adornarlo un poco, imaginando cómo es el planeta, para recrear los escenarios correspondientes. Podemos transportarnos a un mundo helado como Hoth, o uno desértico, o incluso selvático, urbano o boscoso;
el límite lo establece nuestra imaginación. De esta manera, podremos establecer la escenografía que usaremos en las partidas. Teniendo ya el argumento y el escenario, ¡es la hora de conseguir jugadores!

Grievous y el maestro Obi-wan Kenobin se enfrentan ante la mirada de los droides

Dividiremos a los jugadores en dos equipos, imperiales y rebeldes, siendo la victoria o la derrota del equipo entero, y no de los comandantes individualmente. Este cambio de concepto genera una ambiente de camaradería en el equipo que va muy en la línea del universo de Star Wars, aumentando la diversión y expandiendo la experiencia de juego. Los jugadores se imaginan como los líderes de una pequeña fuerza de combate que forma parte de una fuerza mayor, con un objetivo común. En seguida se trazan planes, se debate sobre las listas de cada jugador y se elaboran estrategias y tácticas de cara a los enfrentamientos. No obstante, este enfoque también tiene sus inconvenientes: hemos de cuadrar el número de jugadores de cada facción. No se trata de algo insalvable en absoluto, y siempre es buena idea contar con algún jugador “comodín” para equilibrar ambos equipos, además de especificar en las bases del torneo que se compite por equipos.

Para darle una sensación más inmersiva en el universo de Star Wars, es muy recomendable que no se repitan personajes en diferentes listas. De esta forma, habrá un único Darth Vader, y un único Luke Skywalker, dando verosimilitud a los enfrentamientos que se desarrollen en las distintas mesas… ¡podemos imaginar que éstos están teniendo lugar simultáneamente en diferentes localizaciones del planeta!. De este modo también se incentiva el desarrollo de la estrategia por equipos a la hora de diseñar las listas, y de elegir mesa y rival. Se rompe asimismo con el concepto de lista clon, y se puede disfrutar al tiempo de gran variedad de mesas y partidas, haciendo que los jugadores salgan de su área de confort de las listas que suelen jugar, y tengan por delante un desafío nuevo en cada partida.

Evidentemente, habrá conflictos a la hora de elegir los personajes, los cuales podemos resolver haciendo que prime el jugador que antes se apuntó al torneo en caso de que no haya acuerdo entre ellos. Una vez cerrada la inscripción al torneo, cada equipo tendrá un líder, que será aquél que lleve al personaje de mayor rango en las películas. De esta manera, el líder de la Rebelión podría ser quien lleve a Leia Organa, y el del Imperio sería aquél que lleve a Darth Vader. Los líderes de equipo serán los que
determinen en última instancia qué jugadores de su equipo juegan en qué mesas, aunque lo natural es que haya habido previamente una reunión en la sala de mando, donde se hayan debatido las diferentes opciones y estrategias. Por supuesto, en caso de discrepancia, sabemos que Darth Vader zanjará el asunto de manera expeditiva, y nadie osará oponerse a su voluntad.

Llegados a este punto tenemos historia, escenario, y jugadores. Y ahora, ¿cómo jugamos? Lo mejor será hacerlo de la manera habitual según el reglamento, pero añadiendo objetivos acorde al trasfondo que hemos elegido. En nuestra historia, el objetivo principal añadido será encontrar los cristales de kyber. Éstos podrían estar en una sola mesa, o repartidos en varias, cuestión que tendrán que averiguar los jugadores. Los jugadores tendrán que explorar las mesas en busca de los cristales, cuyas posibles localizaciones podemos determinarlas con marcadores. En nuestro ejemplo, en una sola mesa estarán los cristales, siendo falsos los demás marcadores del resto de mesas.

¿Y qué ocurre cuando descubrimos los cristales? Bueno, tendremos que mantenerlos en nuestro poder y evitar que nos los arrebaten. Anotaremos qué unidad o personaje los lleva, y todos los jugadores los sabrán de cara a rondas subsiguientes. El equipo rival podrá arrebatarnos los cristales, eliminando a la unidad que los porta, y alcanzando el marcador que dejarán caer al ser eliminada. Será cometido de nuestro líder proteger al jugador que los lleve de cara a futuros emparejamientos, y será cometido del rival intentar emparejar a dicho jugador con aquella lista que sea capaz de arrebatárselos. Al final del torneo, el equipo que posea los cristales tendrá una bonificación a los puntos del torneo, que se añadirán a los que se otorguen normalmente por victorias conseguidas de manera normal. En nuestro torneo de ejemplo, la bonificación por tener los cristales será de siete puntos. Por otro lado, cada victoria otorgará tres puntos, y el empate un punto.

También se pueden añadir objetivos secundarios en las mesas, en línea con la ambientación escogida, los cuales otorgarán puntos en la clasificación del torneo. Se puede asignar un objetivo secundario en cada lado de la mesa, los cuales sólo se revelarán al jugador que juegue en dicho lado. Ejemplos de objetivos secundarios podrían ser: eliminar al comandante enemigo, finalizar la partida con una unidad en la zona de despliegue enemiga, inutilizar los vehículos enemigos, conservar al menos tres unidades con más del 50% de efectivos, etc. Cada objetivo secundario logrado se anunciará y otorgará un punto adicional.

Sin embargo, a todos nos gusta saber cuál ha sido nuestro desempeño como
comandante de nuestras fuerzas, razón por la cual, además de la clasificación por equipos, llevaremos una clasificación individual, lo cual aportará motivación extra a los jugadores. De cara a los premios, podemos premiar a todos los miembros del equipo ganador, con un premio adicional a su líder. También premiaremos, aunque de forma más discreta, al jugador con la puntuación más alta en la clasificación individual.

En otro orden de cosas, se pueden complementar las partidas de Star Wars: Legion con partidas de otros juegos de la saga. Un maridaje que se antoja perfecto sería combinarlo con X-Wing. Podríamos hacer que los resultados de los enfrentamientos en X-Wing otorguen bonos o penalizadores a las partidas de Star Wars: Legion y viceversa. Imaginemos que en nuestro planeta de ejemplo, la flota rebelde se está enfrentando a la imperial en la órbita de éste. El bando que gane podrá dar apoyo a tierra, realizando, por ejemplo, bombardeos orbitales. Ahora imaginemos el caso contrario: uno de los bandos se apodera de una base en la superficie. Esto podría hacer que las escuadrillas de naves de su equipo cuenten con mayores opciones de equipo o refuerzos adicionales de cara a las siguientes partidas. El límite, como siempre, lo impone nuestra imaginación.

En resumen de todo lo que hemos ido viendo, la idea es hacer comunidad entre distintos jugadores para disfrutar de una experiencia única, inmersiva y emocionante en nuestro universo preferido, y eso es algo que con Star Wars: Legion conseguiremos fácilmente.

— Diego R

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